miércoles, 2 de febrero de 2011

Las historias que realmente importan

Bueno, pues ya que he sido la última en llegar a este planeta, voy a ser la primera en despedirme.

Confieso que me da un poco de miedo eso de la criogenización, pero si es por el bien del planeta, merece la pena intentarlo.

Desde que llegué, he sido una flor asustadiza y a veces hasta un poco melindrosa. En otros planetas hay incluso quien nos considera efímeras, pero yo sé que aquí perduraré eternamente, porque siempre he
intentado hacer el bien alegrando a los olitas. Tal vez no haya conseguido gran cosa en este aspecto, pero nunca me he rendido en esa labor. Y eso, al final, me ha hecho importante en esta historia.

5 comentarios:

Pe dijo...

Si te has dedicado a hacerle el bien a los olitas, poco más se te puede pedir. En éste, como en otros planetas, lo que parece más pequeño y frágil es lo que realmente mantiene al mundo dando vueltas.

Teleñeca dijo...

Que poco me gustan las despedidas... :(

Eynar Oxartum dijo...

Lo que no entiendo es por qué no hay una cámara de criogenización naranja para el Astrónomo... ¿es que él no se va a criogenizar?

J. G. dijo...

hoy en día es difícil para la premisa que propone el blog, saludos

Irina. dijo...

"No tenemos un lenguaje para los finales. Quizá un lenguaje para los finales exija la total abolición de otros lenguajes"
Carlos Mastronardi (Poeta argentino)

Sin embargo, existen los finales aunque parezcan llegar cuando nadie los espera. En la vida se intenta no hablar de despedidas, en la literatura, conseguir un final sorprendente y, tanto en la literatura como en la vida, nos queda la esperanza de un próximo regreso más allá de la despedida.