jueves, 15 de abril de 2010

Usa tu imaginación

No llevo ni una semana informando en este planeta, y ya se me acumulan las cosas que tengo por decir.

Quiero dejarme conocer. Porque soy una flor, y he nacido en primavera, pero no sabemos cuánto dura la primavera en este planeta, si es que hay estaciones como tales. Tengo miedo a marchitarme un día, inesperadamente, y que nunca hayáis conocido a la Fiolinda imaginativa que soy. Poned un poco de imaginación por vuestra parte, y dejadme que yo os cuente lo que tengo dentro.


6 comentarios:

carmen dijo...

HUY!! ESPERO QUE NO TE MARCHINES NUNCA!!

Teleñeca dijo...

Vaya, vaya nos ha salido deslenguada...

Yo te diré que lo de dejar volar la imaginación, en mi caso es arriesgado, porque depende del color que tenga el día, por ejemplo hoy lo tengo de color meláncolico y me imagino que es posible que te marchites, pero eso no quiere decir que pierdas tu encanto, una flor marchita también esconde muchas historias, no obstante dejame decirte querida Fiolinda que aquí en la tierra ténemos los árboles de hoja perenne, quizá un día nos descubras que eres una variante de ellos.
Deseosa estoy de que nos sigas contando.

Después de esta parrafada sólo me queda por decir:
¿quién no ha sido puta alguna vez?

Irina. dijo...

Cuentan que la vida, tanto de las flores como de las personas, es semejante al poema de García Lorca: "Cuando se abre en la mañana..." o a este otro de Hermann Hesse:

Vida de una flor

Por la verde ronda de hojas ya se asoma
con temor infantil, y apenas mirar osa;
siente las ondas de luz que la cobijan,
y el azul incomprensible del cielo y del Verano.
Luz, viento y mariposas la cortejan; abre,
con la primera sonrisa, su ansioso corazón
hacia la vida, y aprende a entregarse,
como todo ser joven, a los sueños.

Más ahora ríe toda, arden sus colores
y en su cáliz asoma ya el dorado polen;
aprende a sentir el calor del mediodía
y, agotada, se inclina al lecho de hojas por la tarde.

Labios de mujer madura con sus bordes,
donde las líneas tiemblan por la edad ya presentida.
cálida florece al fin su risa, en cuyo fondo
amarga caducidad y hastío anidan.

Pero ya se ajan y reducen los pétalos,
ya cuelgan pesadamente sobre las semillas.
Palidecen los colores como espectros: el gran
secreto envuelve ya a la moribunda.


Sin embargo yo, siempre he querido imaginar que no sólo depende de las estaciones si no, más bien, del empeño que se le ponga en cada una. De hecho, me he encontrado con flores muertas en primavera y con otras muy vivas en invierno. También creo que uno/a no debe ser puta de nada ni de nadie...

Claro que, así me va...

(buzzler) ¡curioso!

Oli dijo...

¡Qué poema más bonito! Y qué acertado es para describir a Fiolinda. Me da muchas ideas para este personaje. ¡Gracias!


OLI I7O

Eynar Oxartum dijo...

Ay, Oli... esta conversación me recuerda mucho otras conversaciones. Lo importante es que sepamos lo que somos: aunque a veces no tengamos más remedio que hacer algunas cosas por dinero, no hay que olvidar quiénes somos. Y si no sabemos bien lo que somos, no importa, también es importante saber lo que no somos.

Porque algunos sí que lo olvidan, y se pasan el resto de su vida (desde ese preciso instante, el instante del olvido) con una vida bastante puteada.

Por cierto, me encanta verme obligado a ponerme los auriculares para escuchar a Fiolinda :)

José Miguel dijo...

...y en esto soy irreductible: si no sabe volar...