miércoles, 17 de noviembre de 2010

La mano de Isabel la Católica

En muchas ocasiones (por ejemplo, aquí, aquí y aquí), Olipécico nos ha mostrado sus manos. Y ahora que va a hacer uso de ellas para recomponer a Folini, he profundizado en algo que llevo un tiempo pensando.

Salvo por el color de nuestro hombrecito verde, la mano de Olipécico es idénticamente igual a la mano que tuvo Isabel la Católica, la reina más poderosa de su tiempo. Dado que ella era terrícola, se deduce que esta mano, a su vez, era como las de los terrícolas de su época y de los de ahora.

Aquí es donde quiero llegar: ¿Quién podía hacer más cosas con esa misma mano, Isabel la Católica o un terrícola de hoy día? ¿Podía la reina Isabel la Católica enviar un email instantáneo al otro lado del planeta? ¿Quién es, en definitiva, más poderoso? ¿El poder de una persona consiste en dar órdenes, o en ser capaz de hacer ciertas cosas?

4 comentarios:

Anónimo dijo...

DÉJAME SUELTAS LAS MANOS (Pablo Neruda)

DÉJAME sueltas las manos
y el corazón, déjame libre!
Deja que mis dedos corran
por los caminos de tu cuerpo.
La pasión —sangre, fuego, besos—
me incendia a llamaradas trémulas.
Ay, tú no sabes lo que es esto!

Es la tempestad de mis sentidos
doblegando la selva sensible de mis nervios.
Es la carne que grita con sus ardientes lenguas!
Es el incendio!
Y estás aquí, mujer, como un madero intacto
ahora que vuela toda mi vida hecha cenizas
hacia tu cuerpo lleno, como la noche, de astros!

Déjame libre las manos
y el corazón, déjame libre!
Yo sólo te deseo, yo sólo te deseo!
No es amor, es deseo que se agosta y se extingue,
es precipitación de furias,
acercamiento de lo imposible,
pero estás tú,
estás para dármelo todo,
y a darme lo que tienes a la tierra viniste—
como yo para contenerte,
y desearte,
y recibirte!


Pe

Irina. dijo...

TUS MANOS
Mario Benedetti

Tus manos son mi caricia
mis acordes cotidianos
te quiero porque tus manos
trabajan por la justicia.


TUS MANOS Y LA MENTIRA
Nazim Hikmet

Graves como las piedras,
Tristes como canciones de presidio,
Pesadas y macizas como bestias de carga,
Tus manos se parecen
al rostro endurecido
de los niños hambrientos.

Ágiles, laboriosas como abejas,
Pródigas como ubres desbordantes de leche,
Intrépidas lo mismo que la naturaleza,
Bajo su dura piel, tus manos guardan
la amistad y el afecto.

No está nuestro planeta sostenido
por los cuernos de un buey:
Tus manos lo sostienen...


Son sólo el principio. Búscalas enteras que son muy bonitas, je,jjee. Aunque, si se trata de que Olipécico va a recomponer a folini por ordenador, igual es mejor que diga: "En tus manos encomiendo mi espíritu. "

Eynar Oxartum dijo...

Hoy en día ni la persona con más dinero del mundo tiene la opción de financiar el descubrimiento de América, porque eso ya está hecho (sí, ya sé que América ya estaba descubierta y blablabla, pero bueno, ya me entendéis).

Todo es relativo. Si yo fuera la única persona del mundo en poder enviar un correo a la otra parte del planeta, sería muy poderoso. Si todos los demás terrícolas pueden, entonces ya estamos empatados. Lo que hacía poderosa a Isabel la Católica era el ser capaz de hacer lo que sus contemporáneos no podían.

Otro ejemplo: hoy en día saber leer y escribir puede que no sea la clave del éxito en una entrevista de trabajo. Sin embargo, hace 4400 hasta te podían hacer una estatua por ello.

Oli dijo...

Gracias Pe e Irina por vuestros poemas. Eynar, ahí está la clave del poder: hacer lo que otros no pueden.


OLI I7O