martes, 22 de junio de 2010

¡Salvada por la calva!

¡Me he salvado de la caída! ¡No me lo creo!

Y no se puede decir que haya sido por los pelos, sino todo lo contrario. Me he salvado gracias a que Olipécico y su calva estaban en el lugar preciso. No sé qué hubiera pasado si se hubiera marchado de allí. ¡La altura hubiera sido mayor!

Supongo que no le habrá pasado nada. Olipécico ha salido de otras peores. Yo, salvo el shock traumático, estoy bien. Imagino que me quedará alguna cicatriz, eso sí.


4 comentarios:

Irina. dijo...

Hay que ver lo bien que se le da a Olipécico hacer el spagat!(espero que se escriba así). Y a Fiolinda se la ve feliz disfrazada de sombrero.

Me pregunto yo si el causante de la caída no sería un golpe de viento. A veces, si a la planta no se ha regado desde hace tiempo y está la tierra demasiado seca, es fácil que caiga por su propio peso por pequeña que sea la fuerza con que sople.

Casualidades de la vida... esta mañana en el trabajo nos encontramos en el suelo "la planta del dinero" y tampoco se había muerto. Menos mal, con la crisis que hay! Eso sí, perdió algunas ramas.

Guardagujas dijo...

¡Filoinda, ten cuidado! El escritorio de Olipécico me pareció un lugar estupendo para vivir, pero directamente en su cabeza... eso ya es casi peligroso. ;)

Yo también creo en la importancia de las cicatrices... Una vez que no hay peligro de que se reabra la herida, me parece que tampoco hay que borrar lo que vivimos... Todo nos conforma, también nuestras cicatrices. ¿no?

kuki dijo...

Siempre hay que ver las oportunidades de las situaciones que vivimos, así que en vez de hablar de cicatrices -que son inevitables-, hablaría de un nuevo macetero para Fiolinda... voto por un cambio de color!!!!!

Oli dijo...

Hecho!

Voy a convocar un concurso de decoracion de maceteros para Fiolinda. Id preparando vuestro talento...


OLI I7O